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Pacto entre Padre e Hija - FIN.

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  El auto avanzaba lentamente por las calles desiertas del amanecer, las primeras luces del día filtrándose a través de las ventanillas sucias, iluminando el cuerpo exhausto de Jessica que yacía en el asiento trasero. Francisco no podía evitar mirarla por el retrovisor cada poco segundo, sus puños apretando el volante con una fuerza que dejaba sus nudillos blancos. Verla así, manchada, sudorosa, con el vestido arrugado y las piernas temblorosas, le provocaba una ira fría que quemaba en su pecho. "Ella es mía... solo mía", pensaba, pero la realidad era más compleja. Había permitido que otros la tocaran, que otros la usaran, porque su niña quería un bebé, y él, por más que lo deseaba, no podía dárselo.  El silencio en el auto era espeso, solo roto por los ocasionales gemidos débiles de Jessica cuando el auto pasaba por un bache, haciendo que su cuerpo adolorido se estremeciera. Francisco quería hablar, decirle algo, pero las palabras no llegaban. En cambio, extendió una mano ha...

Pacto entre Padre e Hija - Parte 5

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  Dos semanas habían pasado desde que Francisco y Jessica habían cruzado aquella línea que ya no tenía vuelta atrás. Dentro de las paredes de su hogar, ella se había convertido en su amante sumisa, en su posesión más preciada, en la niña obediente que cumplía cada uno de sus deseos sin cuestionarlos. Pero había un detalle que Francisco no podía ignorar: la insistencia constante de Jessica en querer quedar embarazada, en criar hijos con él, en formar una familia que, por razones obvias, jamás podría ser normal.  Esa tarde, sentado en su oficina con los papeles dispersos sobre el escritorio, Francisco no podía concentrarse en los números ni en los informes. Su mente estaba en otra parte, en la imagen de Jessica arrodillada frente a él, sus labios rojos y húmedos formando esas palabras que lo perturbaban y excitaban por igual: "Quiero tener tu bebé, papi". Sabía que era imposible, que la naturaleza misma se lo prohibía, pero también sabía que negarle algo a su niña se le estaba ...

Pacto entre Padre e Hija - Parte 4

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  El sonido de la puerta cerrándose detrás de Francisco resonó en el silencio de la casa, marcando el inicio de un nuevo capítulo en su relación prohibida. Jessica permanecía exactamente como había entrado a su casa, desnuda y sumisa, con la cabeza ligeramente inclinada, pero con una sonrisa traviesa que delataba su excitación. Entre sus piernas, la humedad brillaba bajo la luz tenue de la lámpara del recibidor, evidencia física de la humillación y el placer que acababa de experimentar. "Papi no va a dejarme ir tan fácil", pensó, sintiendo cómo el aire frío de la casa hacía erizar su piel, sus pezones endurecidos como pequeñas joyas rosadas.  Francisco no la decepcionó. Con movimientos seguros y dominantes, cerró la distancia entre ellos en tres pasos largos, sus manos grandes agarrando sus caderas con una fuerza que haría morados al día siguiente.  —¿Qué tan ansiosa estás, mi niña? —preguntó, su voz un rugido bajo que vibró contra su cuello mientras la levantaba como si ...

Pacto entre Padre e Hija - Parte 3

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  El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas cuando Jessica se despertó, su cuerpo aún caliente por los sueños húmedos de la noche anterior. Sabía que su padre estaría esperando que cumpliera con las reglas, así que eligió cuidadosamente su atuendo para la universidad: un vestido ajustado pero discreto, de color beige, que se ceñía a sus curvas sin ser provocativo, medias negras traslúcidas y unas botas cortas que le daban un aire de inocencia perversa. "Perfecto para que papi juegue conmigo", pensó, mordiendo su labio mientras se ajustaba el corpiño, sintiendo ya la humedad entre sus piernas.  Mientras preparaba el desayuno en la cocina, el primer zumbido del vibrador la tomó por sorpresa. Un gemido escapó de sus labios antes de que pudiera contenerlo.  —¡Papi! —protestó entre risas nerviosas, pero el dispositivo no se detuvo. La intensidad aumentó gradualmente, y Jessica tuvo que agarrarse al borde de la mesa, los dedos aferrándose a la madera mientras las ola...

Pacto entre Padre e Hija - Parte 2

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 Francisco intentaba concentrarse en la pantalla de su computadora, pero las cifras y los informes se mezclaban en su mente con imágenes que no deberían estar allí. La suavidad de la piel de Jessica bajo sus dedos, el sonido de sus gemidos ahogados mientras bailaba para él, la forma en que su cuerpo se arqueaba involuntariamente cuando su mano rozó su nalga... cada recuerdo lo quemaba por dentro.  "Esto está mal, soy su padre", se repetía una y otra vez, pero su cuerpo no escuchaba a su moral. Cada vez que cerraba los ojos, volvía a verla: sus labios entreabiertos, sus pupilas dilatadas de placer, la manera en que su ropa interior negra contrastaba con su piel morena clara. Se ajustó el pantalón incómodamente, sintiendo cómo la excitación lo traicionaba. "Dios mío, ¿en qué nos hemos convertido?" Pero incluso en medio de su culpa, una parte oscura de él anhelaba más, quería explorar cada centímetro de su hija, escuchar cada uno de sus suspiros.  El teléfono en su esc...

Pacto entre Padre e Hija - Parte 1

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Francisco Rodríguez había enviudado muy joven, cuando Jessica apenas era una bebé. A sus cuarenta años, llevaba más de la mitad de su vida dedicado exclusivamente a su hija, criándola con amor y devoción. Para él, Jessica era su razón de ser, su luz en la oscuridad de la soledad. Aquel día, como muchos otros, regresó temprano de la oficina con la esperanza de encontrarse con su princesa, imaginando ese abrazo cálido y ese beso cariñoso que ella siempre le daba al llegar.  Al abrir la puerta, sin embargo, notó el silencio inusual. La casa estaba en calma, sin el bullicio alegre de Jessica corriendo a recibirlo. "Debe estar en su cuarto, estudiando", pensó, dejando su maletín sobre el sofá. Caminó hacia el pasillo, pero antes de llegar a su habitación, escuchó una voz suave, entrecortada, que le hizo detenerse en seco.  —No acabes tan rápido, quiero disfrutar… —era Jessica, pero su tono no era el de una conversación normal. Era jadeante, sensual, cargado de una intimidad que Fr...